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Textos

instantáneas vitales

exposiciones en Caja Duero - Cáceres y Plasencia, 2002

Acercarse a los cuadros de Lola Barranco es adentrarse en una serie de instantáneas vitales. Ante los ojos del profano, más allá de las técnicas y del propio lenguaje de la pintura, la autora insinúa más que muestra, fragmentos de vida, algunos aparentemente anecdóticos, que resumen una propuesta mucho más amplia.

De los inabarcables dominios de la naturaleza, la artista selecciona pequeñas joyas con un resultado certero. Rastros, quizá restos, tal vez fósiles, también parcelas de vida estática-algunas en que la figura humana es más una evocación que una presencia-resumen, a la manera de microcosmos, los espacios físico e intelectuales en que se inscriben. Las series sobre un mismo motivo son una buena muestra de ese deseo de contar, desde diferentes puntos de vista, la complejidad de lo sencillo, la verticalidad de lo esencial.

En sus obras no hay perspectiva; se percibe la verticalidad del muro, la materia de la rugosa pared, el latido de la pintura más ancestral. En paralelo, proponen una idea de continuidad, de largo recorrido en el espacio y también en el tiempo. Y un entorno de silencio y soledad; de lo poco trillado, del camino no transitado, de la naturaleza ensimismada que ama el caminante auténtico.

La artista plasma elementos conocidos y los eleva a categoría de símbolo. Sus cuadros son como el otro álbum de fotos que ha ido sacando a lo largo de sus muchos y amplios recorridos. Son instantáneas donde han dejado huellas los paisajes que han enmarcado su vida: Extremadura, el Mediterráneo, América, Castilla...Y son también sus obras las diapositivvas de esos otros viajes, de esas otras geografías con que a lo largo de los años ha ido construyendo su paisaje interior.

Agustina Rico

 

Rastres

Exposició al Centre Cultural de la Caixa de Terrassa, 1999

L'artista Lola Barranco, amb l'evocador i suggerent títol de "Rastres" ens presenta una obra de delicada maduresa on mostra, des del seu refugi empordanès, l'evolució del seu destí després de passar una llarga temporada a Colòmbia.

Els quadres, realitzats amb pintura acrílica que es barreja amb pols de quars, de marbre i sorres diverses, adquireixen un gruix matèric on l'artista arriba a transfigurar relleus escultòrics. Però l'opacitat matèrica de l'obra de Lola trasllueix una lluminositat arrelada en el rerefons ancestral de la Mediterrània. Així, mitjançant la dialèctica que estableix entre matèria i forma, entre línia i massa transida d'alè poètic, aconsegueix transmetre l'essència atàvica de la naturalesa ordenada en un rerefons cultural.

L'exposició que presenta la Fundació Cultural de la Caixa de Terrrassa, recull una petita part de l'obra realitzada entre 1990 i 1996 a Santa Fe de Bogotà on destaca la seva recreació del paisatge de l'altiplà a través dels "frailejones" que amb la seva verticalitat i la cadència de les seves fulles marquen el ritme de línies i taques.

En abordar el paisatge mediterrani, Lola Barranco, arrenca per la recreació poètica de les parets dels jardins, testimonis muts de la presència humana i del diàleg entre cultura i naturalesa. Parets on floriran els fruits més saborosos i on les sargantanes es penjaran per prendre el sol. Parets on la massa pictòrica, la matèria s'esdevé relleu per transmetre una digna poètica d'allò humil.

Els "Rastres". mitjançant la civilització ens transporten a la fundació humana d'aquest mar com ancestral bassal unificador de pobles i cultures i així els seus quadres ens fan somniar en una recreació poètica de l'época clàssica: àmfores i dofins, rostres clàssics i fíbules queden suspesos enmig del buit matèric com presència d'un món que fou possible. Mística del buit, on aquests objectes arqueològics se'ns revelen enmig d'un espai-color-massa indefinit com símbol d'un desig d'absolut, d'una presència essencial.

I els rastres de la Mediterrània actual, els paisatges que tants cops contempla l'artista i l'enamores, les illes Formigues, un petit racó d'aquest mar sempre ple d'evocacions. Estudi de paisatges, els seus ritmes i contrastos però com una emoció recordada, reviscuda com element primordial per bastir una poètica personal.

Junt amb l'obra estrictament pictòrica, Lola Barranco presenta també obra gràfica, tècnica mixta sobre paper, quaderns de viatge que sempre l'acompanyen com a eina de reflexió i apropament a l'entorn i com a eina de treball d'on extreure com un mag els poètics motius dels seus llenços i que constitueixen la prova d'aquesta atenció contínua i propera de l'artista envers la naturalesa.

Els "Rastres" de Lola Barranco si bé s'emmarquen en l'avantguardisme matèric dels murs de Tàpies, traspuen evocacions místiques quasi ancestrals, derivats de la seva comunicació íntima amb la naturalesa. Aquests són murs mediterranis, esclats de llum i color que en meditar davant d'ells ens il·luminen de sorpresa en sorpresa, despertant aquelles emocions que tenim en els racons més profunds del nostre esperit. Murs brillants que volen enderrocar els murs de la impotència i el desarrelament. Murs mediterranis i humils, exaltació d'una cultura mil·lenària, d'una gran immediatesa feta de matèria i forma.

Joaquim Ragon i Cardoner

 

Naturaleza al Rojo Vivo 

Galería Belarca,  Santafé de Bogotá, 1995

Lola Barranco no deja de sorprendernos. De sus entrañas brota siempre una capacidad imaginativa y creativa, una fina espiritualidad y un amor permanente por la naturaleza. Este afecto por la tierra siempre esquiva, no es un amor a primera vista sino el resultado de una especial sensibilidad y atención hacia ese mundo de animales y plantas que empieza impresionándonos y a la que nos acostumbramos demasiado pronto.

Esta exposición nos aporta nuevos tonos y colores de paleta, animales y escenas exóticas que Lola ha ido visitando en sus caminatas incansables y en viajes por mares y sabanas lejanos a donde no llegan la mayoría de los mortales. Allí suele encontrar la paz espiritual y la osadía que necesita todo artista para, con una impecable técnica, insinuarnos nuevos paisajes y escenas que quedan casi inmediatamente grabadas en la nebulosa de nuestros espíritus...aquella que nos suele acompañar en los sueños. Hay mucho de clasicismo en la ejecución de este trabajo. La repetición no es más que un mero ejercicio de perfección inagotable donde cada lienzo tiene un nuevo matiz y evoca una situación diferente.

Decía Flaubert que de todas las mentiras el arte es la menos falaz. En la obra de  Lola una vez más descubrimos profundidad en las ideas, seriedad en el trabajo y un reflejo constante de ese mundo bucólico-campestre del que los que vivimos en las grandes urbes nos encontramos tan alejados. Su trabajo no tiene trampas.

Carmelo Angulo Barturen

 

Poetas y Pintores. 1995

17. Lola Barranco y sus acrílicos

Pintora española nacida en Trujillo y residente en Colombia. Estudios profesionales en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona y en el Instituto de Arte Urbino de Italia. Premios en Barcelona y Granada.

Exposiciones individuales en Gerona, Cartagena y Santafé de Bogotá.

Notable exposición individual ésta de la Galería Belarca en Noviembre de 1995. Sesenta cuadros entre acrílicos sobre tela y técnica mixta sobre papel.

Un persistente pero muy vivo aire de soledad preside todo el contenido de éste trabajo y se adentra y difunde por todos los espacios y poros de la tela. Arboles y animales cuyo habitat se encuentra definido dentro del trópico y otros ámbitos del globo, siempre tiernamente desolados y huérfanos de toda presencia humana.

Pero, se descubre una gran limpidez y silenciosa alegría vital en este mundo pictórico creado dentro de un persistente aire de poesía panteista y metafísica, de poesía adherida al lienzo en cada brochazo, en cada trazo, en cada figura escuálida puestos allí con tremebunda emoción estética.

Con la plena desnudez y simplicidad en que han sido concebidas en el principio de la imaginación, de la prefiguración dentro del largo y amoroso proceso de la creación expresionista, cuyo boceto y dintorno se detiene al fin en esas realidades semi-desérticas y asombradas, cargadas de honduras sensibles, perceptibles apenas para la vista y presencia del contemplador desprevenido o asombrado. Palmeras robustas y bajas, bromelias misteriosas, reptiles, garzas, aves hechizadas por esos ambientes tenazmente desolados pero llenos de luz. El entorno parece esmerarse en acompañar y seguir con ternura fraterna a las elementales criaturas volátiles o reptantes en su mínimo y fugaz drama existencial.

Continuo alentar vida para esos seres contingentes y elementales a los cuales, una parsimoniosa magia del color y de la espátula, suministra altas dosis de perdurabilidad, fijos allí en su amorosa patria amada, en sus apartamentos de luces vacilantes y grises, luciendo siempre gratos y seguros.

 Héctor Ocampo Marín

 

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